Legault afirmó ayer en una rueda de prensa que la actitud de los antivacunas tiene «consecuencias» para el sistema sanitario y no es justo que el resto de quebequenses tengan que pagar por su negativa.
En las últimas semanas, el rápido aumento del número de casos de Covid-19 por la variante ómicron ha provocado la saturación de los sistemas sanitarios del país.
En los últimos 40 días, desde que el ómicron se detectó en Canadá, el país ha contabilizado más casos confirmados de Covid-19 que en todo 2020.
La presión sobre el sistema sanitario forzó este martes a la provincia de Ontario, la más poblada de Canadá, a permitir que 300 profesionales sanitarios con titulaciones extranjeras puedan trabajar en hospitales.
A este personal se sumarán otros 5 mil 700 trabajadores extra, entre ellos estudiantes de enfermería, estudiantes de medicina y otros estudiantes de programas sanitarios, que serán contratados en las próximas semanas para intentar aliviar la presión.
10 por ciento de los habitantes de Quebec no están vacunadas
En Quebec, hoy 2 mil 742 personas estaban hospitalizadas por la Covid-19, 188 más que el lunes. Según las autoridades provinciales, aunque solo un 10 por ciento de la población de Quebec no está vacunada contra la pandemia, estas personas representan un 50 por ciento de los pacientes ingresados en hospitales.
La atención necesaria para tratar a estos pacientes ha provocado que algunos hospitales de Montreal hayan empezado a posponer cirugías para personas que sufren cáncer o problemas cardíacos.
Pero la idea de imponer un impuesto a los no vacunados que no tengan una exención médica ya ha empezado a ser disputada por algunos sectores.
En Facebook, un grupo de quebequenses opuestos a las vacunas calificó el anuncio de Legault como una estrategia de «guerra psicológica» y advirtieron que recurrirán a los tribunales si el Gobierno de Quebecfinalmente impone el impuesto.