Ciudad de México. El ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León calificó la reforma al Poder Judicial como “una felonía histórica” y una “atrocidad” que tiene por objeto lograr una Suprema Corte de Justicia de la Nación dócil e incluso derivar en un “gobierno absolutamente poderoso para combatir cualquier disidencia”.
Incluso sostuvo que si “los anti patrias” del siglo pasado conspiraron y asesinaron al presidente Francisco I. Madero “para transformar la democracia en una criminal dictadura”, ahora con la reforma al Poder Judicial “los nuevos anti patrias quieren transformar la democracia en otra tiranía”.
Zedillo, quien fue presidente de 1994 a 2000 dio el discurso inaugural de la Conferencia Anual de la Asociación Internacional de Abogados (IBA por sus siglas en inglés) y al inicio de su intervención en el Centro Banamex, anunció que ponía “en pausa” su regla de 24 años de no hablar de la política interna de México.
Sin embargo, dijo que dejar de lado esta “regla de auto censura” se justifica por el momento que pasa México.
Enseguida dio lectura a un discurso de una hora, donde sostuvo que la reforma presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene origen en la “frustración de no contar con una Corte sumisa, que evolución hasta transformarse en una venganza brutal: la destrucción del Poder Judicial, para ponerlo al servicio la fuerza política en el poder”.
A la inauguración de la conferencia anual de IBA acudieron la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y los ministros Margarita Ríos Farjat, Alberto Pérez Dayán y Alberto Pérez Dayán.
Zedillo se refirió a Piña como la “gran presidenta de la Corte”.
Mientras la reforma era publicada en el Diario Oficial de la Federación, el ex presidente manifestó que la reforma planteada por López Obrador “no sirve” y que su única intención “es simplemente acabar con el Poder Judicial como entidad independiente y transfórmalo en un servidor de quienes detentan controlan el poder político. Ese es su objetivo perverso”.
Incluso señaló que quienes están “en favor de esta atrocidad, la perpetradores de esta reforma”, la justifican a partir de la que él propuso al Congreso de la Unión cinco días después de asumir la presidencia en 1994, pero argumentó que se trató de un cambio para terminar con la incondicionalidad de la Corte al Ejecutivo, en un momento que los ministros “consintieron el uso abusivo de la autoridad, que se tradujo en política equivocadas, que incluso llegaron a la represión política”.
Recordó que si bien no tenía la pretensión ni la ilusión de que esa reforma fuera perfecta y no requeriría ninguna modificación, consideró que cualquier cambio se basaría en la legalidad, la competencia y la independencia de las instituciones electorales como del Poder Judicial como piedras angulares del sistema.
“Lamentablemente esta condición clave ha venido siendo transgredida amplia, sistemática y agresivamente por el partido hoy en el gobierno y su jefe del presidente de México”, señaló.
Más aún, Zedillo manifestó que la independencia y la capacidad del Instituto Nacional Electoral han sido atacados sin descanso por el Ejecutivo y acusó que López Obrador violó las reglas de la democracia, al intervenir en el proceso electoral de junio.
“Y no es una conjetura mía”, expuso y recordó las conclusiones del Tribunal Electoral Electoral en su calificación del proceso de junio pasado.