Trabajar en los servicios de emergencia puede suponer vivir emociones intensas, pues las situaciones de las que se tiene conocimiento involucran el sufrimiento de otras personas, pero el atender una situación que afecte a tu familia, tu casa y hasta a tus hijos no es algo sencillo, aunque una madre en Door County, Wisconsin, demostró tener nervios de acero al responder una llamada bastante dramática.
Resulta que la operadora del 911 respondió lo que creyó que era una llamada de rutina, al otro lado de la línea estaba un niño que comenzó a gritar que su casa se quemaba. “Está llamando al 911 ¿cuál es su emergencia?” El menor reconoce a su madre y comienza a gritarle “mamá, mamá”.
De pronto le dice que hay llamas en la casa —“¿qué está en llamas”, pregunta la madre— “la casa, la casa está en llamas”, respondió el niño quien se escucha muy alterado. La mujer le dice que está bien, que tengan calma, salgan de la casa y saquen a los animales.
Se eleva la tensión
El niño le dice que están afuera y ella le pregunta que si sacaron a los animales, la respuesta es negativa, por lo que le pide que lo hagan, pero él agrega que no pueden hacerlo, pues no pueden entrar a la casa. Ese es el momento en que los nervios vencen a la madre.
“Melanie, esta es mi casa”, se escucha que dice la operadora del 911. En ese momento otra niña dice “solo entra”, a lo que la desesperada madre les dice que no, que no entren a la casa, “esperen chicos, pronto estaré ahí, ¿de acuerdo?” Les vuelve a pedir que se queden fuera y les dice “su mamá va en camino”.
Después otra operadora toma la llamada, les pregunta si siguen en línea y ellos dicen que sí, ella les repite que su mamá está en camino. “No quiero perder a mi perro. ¡Mamá!”. La mujer le responde que lo sabe y que su compañera ya se dirige a su casa.
El niño le dice a la operadora que tomó la llamada para que su madre pudiera ir con ellos, que cree que el incendio “viene del sótano, pues las llamas salieron de ahí”. La mujer lo tranquiliza diciendo que ya le dieron aviso a los bomberos y no tardan en llegar.
Las mascotas murieron
La cadena NBC realizó un reportaje del caso al que calificó como una “trágica ironía”, en él explicó que la operadora -identificada como Marisa Anderson– descubrió que se trataba de su casa al ver las coordenadas de la llamada, no había reconocido a sus hijos, pensaba que los niños estaban hablando con su madre.
También informó que Landon, el hijo de 12 años de Marisa, estaba durmiendo cuando escuchó que se rompía un vidrio. Inmediatamente salió y despertó a su hermana, Emma, de 17 años, antes de llamar al 911. Ambos salieron de la casa. Y aunque afortunadamente están bien, sus mascotas no corrieron con la misma suerte, pues murieron en el incendio, lo que hace sentir al niño muy mal y lleno de culpa, pero uno de los bomberos que atendió el siniestro dijo que salir fue lo mejor, pues era casi seguro que si volvía por los animales hubiera quedado atrapado.
La familia no solo perdió su casa, también a sus amadas mascotas -tres perros, cuatro gatos y un conejito- por ello abrieron una recaudación en GoFundMe, en la cual han juntado 11,000 dólares. En tanto, los investigadores creen que el fuego se originó por un corto circuito de un aparato eléctrico del sótano.