Ginebra (EFE).- Agencias de Naciones Unidas lanzaron hoy un plan de respuesta a las necesidades humanitarias de Ucrania a causa de la invasión rusa, mediante el que solicitan a la comunidad internacional 5.600 millones de dólares con el fin de asistir en 2023 a 15,3 millones de ucranianos.
El plan fue presentado hoy en rueda de prensa en Ginebra por el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, y por el jefe de coordinación humanitaria de Naciones Unidas, Martin Griffiths, quienes subrayaron las crecientes necesidades que vive el país europeo.
Del monto total, 3.900 millones de dólares serán gestionados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios que dirige Griffiths, y los 1.700 millones restantes irán a parar a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que con ellos espera atender a 4,2 millones de ucranianos que han huido a otros países europeos.
Naciones Unidas calcula que la población en Ucrania ha descendido de 43,3 a 35,6 millones de personas a causa de la guerra, y que dentro y fuera del país unos 21,8 millones de ucranianos necesitan ayuda humanitaria, por lo que el plan de respuesta busca asistir a al menos a dos tercios de este colectivo.
Sanciones como “veneno a base de arsénico”
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ha anunciado también este miércoles que el décimo paquete de sanciones contra Rusia que la Unión Europea (UE) quiere aprobar coincidiendo con el primer aniversario de la invasión de Ucrania tendrá un valor de 11.000 millones de euros.
Según von der Leyen, la Unión Europea identificará la cantidad exacta de activos que ha congelado del Banco Central ruso para “su posible uso” en la reconstrucción de Ucrania.
“Seguiremos a los oligarcas que intentan esconder o vender los activos para escabullirse de las sanciones. Y junto con los Estados miembros, revisaremos los activos congelados del Banco Central ruso en la UE. Tenemos que saber dónde están localizados y saber la cantidad. Es crucial en aras del posible uso de activos rusos para financiar la reconstrucción de Ucrania”, dijo la presidenta.
“Es nuestros deber sancionarlos”, aseguró Von der Leyen en un discurso en el Parlamento Europeo sobre el primer aniversario de la guerra en Ucrania, que se cumplirá el próximo 24 de febrero.
En ese mismo escenario, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha asegurado que las sanciones contra Rusia son “un veneno de acción lenta” hecho “a base de arsénico” con efectos “irreversibles” para Moscú.
El jefe de la diplomacia europea ha reconocido que las represalias económicas emprendidas hasta ahora no han tenido el efecto deseado y que el Kremlin tuvo el año pasado “unos ingresos excepcionalmente altos”, derivados de la venta de gas y de petróleo, pero ha señalado que “las cosas están cambiando, gracias a nuestras sanciones y en particular” al tope al precio del petróleo ruso que la UE ha pactado junto al G7.
Borrell se ha mostrado convencido de que la economía rusa “va a pagar un precio altísimo por esta guerra” y ha insistido en seguir apoyando a Ucrania militarmente porque “la guerra se va a decidir esta primavera y verano”.