En la llamada, el joven refirió él y su amigos (todos menores de 18 años) vieron a un par de buzos llegar al parque alrededor de las 11 de la mañana. Según el adolescente, los hombres se sumergieron por un corto tiempo antes de salir a la superficie. Luego, iniciaron una discusión sobre volver a bajar a la «cueva» ya que no tenían suficiente aire en sus tanques para completar su inmersión.
Sin embargo, el joven relató que ambos buzos volvieron a sumergirse. Posteriormente, el grupo de adolescentes vio a uno de los buzos salir a la superficie y lo observaron flotando boca abajo, lo que pensaron que estaba haciendo a propósito para buscar a su compañero bajo el agua.
Luego los niños notaron que no había burbujas saliendo a la superficie para indicar que el buzo estaba respirando. “Los menores nadaron para ver cómo estaba y no recibieron respuesta”, relató la oficina del alguacil del condado de Hernando. “Los tres menores pudieron llevar al buzo al muelle, pero no pudieron sacarlo del agua”.
De inmediato, los adolescentes pidieron ayuda y los agentes que respondieron al lago pudieron levantar al buzo sobre una roca, pero para entonces ya estaba muerto.
Por su parte, miembros de International Underwater Cave Rescue and Recovery (IUCRR) comenzaron a buscar al segundo buzo, quien fue encontrado debajo de la superficie. Él también había fallecido.
“Ninguno de los buzos tenía signos evidentes de trauma y ambos parecían tener el equipo de buceo adecuado”, decía el comunicado de prensa de la oficina del alguacil. “Se desconoce en este momento si todo el equipo estaba funcionando correctamente”.
Los buzos fallecidos fueron identificados como Todd McKenna, de 52 años, y Stephen Gambrell, de 63 años.